La Asociación de Prensa Gastronómica y Nutricional, creada hace dos meses y presidida por la escritora y periodista gastronómica Yanet Acosta, ha celebrado su primer encuentro para debatir sobre los beneficios e inconvenientes de las dietas, un coloquio coordinado por la también escritora y periodista gastronómica Eva Celada, celebrado en la Fundación Adolfo Domínguez de Madrid y que consiguió un gran éxito y participación del público asistente con sus dudas y preguntas.
La mesa redonda dio comienzo a las 19:30h con la presentación y el agradecimiento a todos los participantes e intervinientes y su presentación, así como a la Fundación por la acogida, y se realizó la primera pregunta: “¿Por qué la gente no va al médico para que le ayude a perder peso?“.
Concepción Vidales, nutricionista y autora del libro “Lo mío no es hambre, es ansiedad” dió respuesta asegurando que los nutricionistas siempre han estado presentes, por lo que solo es necesario que la gente acuda a ellos en busca de ayuda, el problema es que esto no se suele hacer, ya que prima el “boca-boca” porque cuando alguien dice “A mí me ha funcionado esta dieta” todo el mundo hace caso, sin pensar en realizar un control médico.
Seguidamente, Manuel Zamora, médico nutricionista y director de la revista Nutriguía, explicó que no es necesario contar las calorías, como se hacía hace unos años. Sí sería interesante, según él, saber las calorías que tiene cada alimento, ya que no es lo mismo tomarse un kilo de chocolate que un kilo de lechuga, por ejemplo. Además, la Doctora Vidales añadió que no hay que obsesionarse con la cantidad, porque es mejor crear un hábito alimentario saludable que establecer restricciones, aunque pueden darse recomendaciones para conocer hasta qué punto una persona puede tomar unas u otras cosas, dependiendo de su metabolismo basal.
El método Dukan y su éxito ya internacional sale a colación en la conversación, un triunfo que Vidales achaca a que se ha convertido en un fenómeno mediático que se estableció en Francia y, tras copar el país, ha venido a España. “Es una dieta proteica que muestra un gran éxito al principio, ya que se produce una bajada de peso rápida“, explica, pero el fallo que ella encuentra es que puede producir fallos hepáticos, renales y cardiovasculares si se realiza durante un periodo de tiempo extenso. Recomienda realizar una dieta proteinada de 10 a 15 días, pero no sobrepasar ese límite, ya que nuestra necesidad de proteínas animales es de 0,8 gramos por cada kilo de peso y día y aquí se multiplica por dos o tres esa dosis, por lo que puede dañar el riñón en pacientes sin problemas, incrementándose el daño en personas con problemas anteriores. Continuando con el debate, asegura que “cualquier dieta prescrita es buena siempre que se controle por un médico que conozca al paciente, porque se juega con la salud“.
